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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Proyecto Fotográfico Cartografía Biográfica


Cartografía Biográfica

La motivación para estructurar este trabajo nace de la idea : desorientación, extravío, pérdida, vacío, en la creación, en la producción y construcción de obra.

Se hace indispensable establecer ciertos parámetros de búsqueda para entender qué se ha perdido, cuándo y dónde. Lo concreto es mi persona y su biografía. Su representación sensible la he de buscar en la emoción de lo vivido. Las emociones dejan huellas en el cuerpo y en la memoria. Las imágenes,  a veces borrosas , de la infancia me animan a dibujar un recorrido, un mapa biográfico.

Mapa : Plano de un territorio, representación geográfica de la tierra, parte de ella en una superficie plana.

Cartografía : ciencia que se encarga de la elaboración de mapas.

Problemática  de la Huella  (memoria)_ Sombra
Origen de la pintura, fijación de la imagen.

Tema Paisaje Urbano

Titulo : Cartografía Biográfica

Conceptos : El mundo de los sueños, el inconsciente, lo real y lo irreal, el recuerdo como experiencia biográfica.

SOMBRA –  SILENCIO - VACIO

Tomo la ciudad como referente ubicacional, su arquitectura como cuerpo histórico.
Su antes y después ¿Qué había? ¿Que hay ahora? ¿Dónde comienzan y terminan los límites, dónde está el centro?

Hago una analogía con la búsqueda del centro , su trazado y fundación.

“Para encontrar el centro me relaciono con mi sombra” .
Desde ahí nace el mapa biográfico, la nueva cartografía que sirve de modelo para la construcción.
 En el centro comienza, como un punto, la expansión de sus límites.
Tomo el gesto primario pre-incaico y me dejo llevar por la naturaleza, por el curso de las aguas, la salida y entrada del sol, la noche. En este encuentro “sagrado” e íntimo, viajo en el tiempo hacia la ciudad primera, donde nada había más que una ilusión con futuro.
Esta es la “imagen imposible” que vive en lo más profundo de cada ser.


El valle sagrado de “La isla de Santiago del nuevo extremo” fue determinado por el curso de las aguas del río Mapocho. La figura primera que marcó la tierra es trapezoidal, casi un triángulo. Sobre esta superficie “sagrada”, fértil y brillante la cultura pre-inca lo asume como una tierra sagrada para la adoración del sol.
Siendo un valle, estudiando los ciclos agrícolas, logran trazar y dibujar un centro utilizando como puntos de referencia los solsticios de verano e invierno. En estas fechas, a la salida del sol desde el oriente, el cerro Hueltén  (Sta. Lucía) y el Tupahue (San Cristóbal) respectivamente marcaron con su sombra al amanecer un punto que marcaba el inicio de la siembra y luego de la cosecha. El cruce de ambas sombras con sus líneas invisibles, marcaron el lugar exacto para la ceremonia sagrada.
A la llegada de los españoles, heredan el legado indígena y sobre el campo sagrado fundan la ciudad colonial, ubicando la plaza de armas en el mismo terreno. Construyen la catedral encima de este punto ceremonial y la ciudad comienza su expansión clásica con un centro “desplazado”. Es decir, que la proporción de acercamiento de los bordes del cuadrante “damero” y los límites de la primera fundación de la ciudad son asimétricos, estando hacia el sur más cerca del río Mapocho que su lado norte de la actual Alameda respectivamente.

Esta técnica de marcación de centro, fue utilizada también por las culturas greco romanas, con un instrumento llamado Gnomón, parecido al reloj de sol, con una vara sobre un plano con medidas que permitían trazar una sombra sobre el terreno prescindiendo de un cerro como en el caso de Santiago.

Otras teorías hablan de que hasta Santiago llegaba el camino del inca. Eran llamado Ceques, trazados ceremoniales,  que llevaban hasta los lugares destinados a la adoración de los astros. De norte a sur toma las calles San Diego, Bandera, Independencia. De Oriente a Poniente la calle Catedral hasta la Quinta Normal.
En ambos casos coinciden en el cruce donde se encuentra la Catedral de Santiago.

El trabajo de taller anterior (1semestre) exploré el grabado basándome en la idea del centro, límites y periferia. Partí utilizando un círculo negro sobre un cuadrado gofrado y desplazado, con un centro también desplazado hecho sobre el círculo negro, en gofrado.

Luego de esto busqué la imagen del mapa de la fundación de Santiago (1541). Su diseño sigue la línea del damero o cuadrante greco-romano, de 8x8 cuadras con la plaza-centro al medio. Hice una abstracción de la forma y sus límites.




Aparecen los conceptos de  MANCHA-DESPLAZAMIENTO-FIJACION-SOMBRA

La sucesión de hechos históricos y acontecimientos humanos, acontecidos en un mismo lugar (físico) con años de distancia, me hace pensar en una imagen “imposible”
Compuesta por capas, una encima de la otra, como si quisiéramos hablar del instante.

(...) Entonces vale la pena detenerse ante la pulsión estética, a la que se habría sometido Bosch o Brueguel (el viejo), cuya arquitectura icónica deriva de la simultaneidad de sucesos en una imaginaria conciencia omnipresente, llevados a un solo plano. Una de las claves podría ser la utopía, de que algún día nos encontrásemos todos en un solo lugar, en un tiempo indefinido como en El Milagro secreto de Jorge Luís Borges. (...) Tiempo interrumpido – Memoria de una picnolepsia / Ricardo Loebell

(...) Por múltiples razones(históricas, económicas, religiosas, militares), Occidente ha comprendido demasiado bien esta ley: todas sus ciudades son concéntricas; pero también, en conformidad con el movimiento mismo de la metafísica occidental, para la que todo centro es el lugar de la verdad, el centro de nuestras ciudades está siempre lleno : lugar marcado, es en el que se conjuntan y condensan los valores de la civilización : la espiritualidad (con las iglesias), el poder ( con los ministerios y oficinas), el dinero ( con los bancos), el comercio ( con los grandes almacenes), la palbra ( con la ágora : cafés y paseos) : ir al centro es reencontrar la “verdad” social, es participar de la soberbia plenitud de la realidad. (...) pag. 48.  El Imperio de los signos / Roland Barthes

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Desde su origen, el dispositivo fotográfico logra fijar el tiempo, el instante o la sucesión de ellos en un plano, que la hace generar una imagen única e irremplazable.  Hoy estamos en la era digital, el sensor reemplaza a la película. Igualmente , los rayos de luz que rebotan en la ciudad, chocan con el dispositivo y lo hieren con sus propias heridas, la ciudad y su arquitectura hacen un traspaso histórico de todo lo que han vivido, la luz que rebota sobre su piel de piedra y cemento impregna la imagen con la herencia histórica que forja el paso del tiempo.



(Barthes- Cámara Lúcida)

“El aire es así la sombra luminosa que acompaña al cuerpo; y si la foto no alcanza a mostrar ese aire, entonces el cuerpo es un cuerpo sin sombra, y una vez que la sombra ha sido cortada, como el mito de la Mujer sin Sombra, no queda más que un cuerpo estéril”
p.164


(...)“del mismo modo, en toda fotografía el color es una capa fijada ulteriormente sobre la verdad original del blanco y negro. El color es para mí un postizo, un afeite (como aquellos que se les prodiga a los cadáveres).Puesto que lo que me importa no es la “vida” de la foto (noción puramente ideológica), sino la certeza de que el cuerpo fotografiado me toca con sus propios rayos, y no con una luz sobreañadida.
(De este modo, la fotografía del invernadero, por descolorida que esté, es para mi el tesoro de los rayos que emanaban de mi madre siendo niña, de sus cabellos, de su piel, de su vestido, de su mirada, aquel día”(...)p 128


La Sombra como vestigio de lo que hay y lo que fue. Es el tiempo en potencia, porque en su abstracción palpita, es y desaparece. La ciudad nace con  la salida del sol, se dibuja en sus calles, se yergue hasta desaparecer en la noche.
Se desplaza en su tránsito, se recorre en su oscuridad y se aleja en su muerte.
La ausencia de luz es su esencia, la muerte es la inminente presencia de la necesidad de existir. Su dibujo, la arquitectura que mancha la existencia.
Así mismo se funda en una mancha que recorre su cartografía.
Sigo su recorrido para encontrarme en su dibujo, que es el trazo difuso.

Volver a la analogía de la fundación de mi ciudad, es retomar la oscuridad de todas las noches que nos conectan con el pasado.
Los hombres y el fuego, la piedra, el muro y la sombra que configura la existencia.
Hago un guiño también al origen de la pintura, a través del dibujo y la fijación de la imagen y el tiempo.
Quedo espectante al encuentro urbano de ese primer esbozo arquitectónico y arbóreo, dibujado por la mancha negra que deja el sol. Voy al encuentro del cruce de sombras analogando el ejercicio pre-incaico en la espera de los solsticios para marcar el inicio, para definir el lugar sagrado, el punto divino que mancha el suelo, impone su magia andina.

Aun hoy el sol sigue dibujando el paso del tiempo, barriendo con sus sombras el pasado de sombras, levantando la arquitectura con sus torres y edificios hasta hacerlos desaparecer en la oscuridad.